06-09-2020
La primera salida del mes de septiembre volvimos a quedar temprano, algo antes de las ocho de la mañana, con el objetivo de continuar con el proyecto de foto-identificación de delfines y ballenas que llevamos a cabo ya desde el año 2013. A bordo del Esmeralda nos esperaba Jorge, que junto a Milou, su inseparable compañero felino, iban a capitanear la embarcación. Esta vez, como miembros de la expedición por parte del equipo Cetacea, Oriol se encargaría de la toma de datos mientras Ricard y Carlos realizarían las fotografías necesarias para el proyecto. Esta vez, con el objetivo de disfrutar de una jornada de avistamiento de cetáceos, nos acompañaban Eva, Elena, Santi, Maria y Aurelio

En cuanto estuvimos todos, y previa explicación del protocolo a seguir en relación al Covid, zarpamos de inmediato. La jornada de navegación, según partes meteorológicos, transcurriría tranquila durante la mañana, apareciendo vientos del sur pasado el mediodía. Si bien es cierto que la jornada empezó tal y como pintaba, enseguida empezaron a levantarse borreguitos que dificultaban el avistamiento. Parecía que la climatología nos iba a condicionar la salida, pero finalmente, pasadas un par de horas, el viento volvió a bajar y los barreguitos disminuyeron hasta casi desaparecer.

La mañana transcurría tranquila, sin indicios de cetáceos, pero pudiendo avistar un buen número de aves de costumbres pelágicas, como pardelas y gaviotas, y dos grupos de garzas reales que surcaban el cielo en dirección sur. De repente, a unos pocos metros del barco, vimos dos aletas. Se trataba de delfines listados que se habían acercado a la embarcación. Enseguida pudimos distinguir más aletas, hasta siete con seguridad. Varios delfines nadaban junto a sus crías, aun bastante pequeñas, recelando un poco del velero y guardando siempre una mínima distancia.Una vez anotados los datos y visto el comportamiento que los animales estaban teniendo, decidimos dar por finalizado el avistamiento .


La vuelta a puerto, esta vez, tal y como la meteo nos había indicado, transcurrió entre borreguitos y un mar de fondo considerable, que hacían casi imposible nuevos avistamientos, pese a que pudimos disfrutar de la observación de dos rayas que pasaron nadando muy cerca de la superficie al lado del barco .
