21/10/2018
Después de una semana entera complicada climatológicamente hablando, el domingo amanece con un brillante y cálido sol y un mar plano sin mar de fondo ni viento, ideal para avistar. Así que los miembros de Cetàcea (Natalia como fotógrafa y anotadora de datos, David como patrón del velero Alción y Laura como observadora y anotadora de datos) nos encontramos con la tripulación externa: Natalia, Maribel, David, Maribel, Vicente y Antonio. Todos con la sonrisa pintada en la cara, esperando el momento para subir al velero que nos llevará a una nueva aventura. Esta salida era una jornada conjunta con el Club Náutico del Garraf.
Salimos puntuales a las 9:15 y, tras el briefing, nos ponemos ojo avizor a mirar el mar por si aparecen señales de vida marina. Aunque nuestro objetivo para el estudio son los cetáceos, cualquier animal es bienvenido a nuestra retina. Así que vemos ya el primer alcatraz de la temporada, imponente ave marina, a parte de pardelas y gaviotas de diferentes especies.
El día no puede ser más hermoso, y tras pocas horas de la salida de puerto y varios saltos de peces, por fin aparecen los tan esperados cetáceos. Un grupo de delfines listados (Stenella coeruleoalba) van nadando de manera muy tranquila por su hogar, el Mediterráneo. Están en comportamiento de reposo, y no tardamos en situarnos cerca suyo
Algunos de los individuos de ese grupo se acercan a proa un rato, nos miran y después vuelven al grupo, que sigue descansando. Hasta tal punto es baja su velocidad que paramos el barco y siguen a nuestro ritmo. Así, podemos disfrutar durante un buen rato de su compañía; siempre bella, siempre pacífica. Los delfines listados son la especie de cetáceo que avistamos con más frecuencia, pero su comportamiento no siempre es el mismo, y no nos cansa ver sus marcas desde los ojos y el hocico hacia atrás que les diferencian de otras especies de delfín. No nos cansa ver su natación ágil y elegante, esa mirada inquisitiva mientras nadan a unos 3 ó 4 nudos sin ningún esfuerzo aparente, como preguntándonos qué hacemos en su casa. Mientras nosotros tomamos notas y fotografías para nuestro estudio, la tripulación externa disfruta de la experiencia de navegar con delfines libres, preciosos, espontáneos y alegres, nada que ver con el comportamiento robotizado en los delfinarios. Siempre es muy emocionante ver el brillo en los ojos de quien ve delfines por primera vez. Cada vez que salimos a navegar ganamos adictos al mar. Y eso es muy gratificante.
Tras este buen rato, seguimos rumbo al cañón para intentar encontrar otras especies de delfines, pero lo que vemos son más aves marinas, otro alcatraz y dos peces luna descansando en superficie
Seguimos disfrutando de la vida marina, pero no podemos ignorar lo que también seguimos viendo. Cantidad de basura marina: micro y macroplásticos, papeles y en general diferentes desechos que siguen entristeciéndonos por unos momentos. Sin ver más rastro de cetáceos, decidimos volver a puerto, y de nuevo seguimos disfrutando de las conversaciones con nuestros nuevos amigos. Siempre aprendemos algo de las personas que viajan con nosotros en este maravilloso proyecto. Al llegar a puerto, la despedida y un “hasta pronto” hacen que sigamos enamorados de esta asociación y de este voluntariado.