18/3/2018
El pasado domingo 18 de marzo nos citamos, como de costumbre, en el puerto del Garraf. La meteorología había cambiado, estaba previsto tener mar de fondo y eso podía dificultarnos la navegación; aunque por suerte, no se esperaba mucho viento.
Esta vez, el equipo de Cetàcea estaba formado por nuestro patrón David, Laura, María y Albert. Como acompañantes teníamos a Joan, Natalia, Eva, Marta, Dolors, Bruna y África.
Justo al salir del puerto pudimos ver la primera ave, un cormorán solitario. A medida que fuimos adentrándonos en el mar, se hicieron los respectivos briefings de seguridad y divulgación de cetáceos. Como esperábamos, nos encontramos un mar de fondo bastante intenso que dificultaba bastante la navegación; sin embargo, todos estábamos ya situados en nuestras posiciones mirando hacia el horizonte deseando ver algún cetáceo.
El día avanzaba y seguían apareciendo más aves marinas como: pardelas baleares, alcatraces, gaviotas enanas e incluso un págalo grande. El mar cada vez parecía estar más tranquilo pero el viento había subido un poco, esto nos permitió ir a vela durante un buen rato.
Ya por la tarde, cuando estábamos de lleno en uno de los cañones submarinos (600 m de profundidad) nos alteró la presencia de una pequeña aleta dorsal solitaria que divisó nuestra voluntaria Natalia. Era el primer delfín listado que vimos. Parecía tener bastante indiferencia hacia nosotros pero tal como suele ocurrir, en pocos minutos un grupo de unos doce individuos, vinieron a nuestro encuentro. Había varios juveniles que junto al resto parecían estar alimentándose. Estuvieron un buen rato cerca del barco y cuando ,satisfechos tras el encuentro, nos pareció perderles de vista, volvimos a nuestro rumbo.
Seguimos a vela de vuelta a puerto, deseando poder vislumbrar alguno de los rorcuales que se encuentran migrando hacia el Mar de Liguria, cuando nos sorprendió un adorable pez luna que nos saludaba con una de sus largas aletas dorsales. Además pudimos avistar varios charranes que nos hacían mucho más agradable la vuelta, ya que el viento había aumentado. Aunque finalmente no pudimos ver más cetáceos, toda la tripulación quedó contenta y satisfecha de la salida realizada, eso sí, deseando ver en los próximos días nuestra primera ballena de la temporada.